A casi un año del triunfo arrollador priista que le permitió alcanzar la mayoría en la Cámara de Diputados, provocó en Lipe Calderón y la camarilla de extrema derecha que lo acompañan, pánico ante la posibilidad de que el Partido Revolucionario Institucional, consolide su avance en este 2010, y repunte las preferencias para la grande del 2012, en que el albiazul podría dejar Los Pinos.
Habrá elecciones en 13 entidades de las cuales en 10 se disputaran las gubernaturas, 7 de ellas dominadas por el PRI, 451 diputaciones locales y mil 481 alcaldías en las restantes, triunfos que ampliaran el panorama para la grande a favor el tricolor.
Las negociaciones dizque democráticas, patrióticas y hasta los besos de Luzbel entre los panistas, perredistas, petistas y otros partidos en contra del Revolucionario Institucional tienen mayores alcances en otras entidades cuando los menores sumados a sus mayores desbordan el fervor palaciego al lograr pragmáticos acuerdos entre quienes se dicen representantes del pueblo.
Los Ortega y Zambrano, Manuel Camacho, Alejandro Encinas, Alejandro Anaya, Dante Delgado, Lipe Calderón, César Nava, Beatriz Paredes y Miguel Alonso Reyes, tienen como propósito, un horizonte más amplio, implícito, en tratar de derrotar a lo señores feudales estatales y municipales de la derecha priista, de la derecha confesional panista y la supuesta izquierda oficial convertida ahora en militante de la derecha.
La lucha adelantada por los despojos de un sistema político, económico y social en crisis y en avanzado estado de descomposición, tratan de desplazar y ampliar sus espacios de poder a costa de otros, bajo la falsa disyuntiva de acabar con los déspotas para dar paso a la democracia y evitar a toda costa el retorno del PRI al gobierno federal.
Los aprendices de Maquiavelo corren el riesgo y asumieron los costos al integrar las alianzas contra natura entre partidos con plataformas políticas disímbolas e intereses socialmente opuestos quienes sin el menor escrúpulo por ser mercenarios sujetos al mejor postor olvidan los compromisos contraídos con sus militantes.
Desmantelado el pacto social surgido de la Revolución Mexicana para ser impuesto el proyecto neoliberal de nación oligárquico, antisocial y antinacional provoca amnesia de los principios, los compromisos o la ética política, arreglos previos y suspicaces al margen en contra de los intereses de los militantes.
A nombre de la democracia que dicen representar, solo les quedan los calificativos de cínicos, degradantes, y oportunistas en lugar de oportunos, por que su partido el PRD lo manejan como franquicia dejando con sus alianzas fuera a una sociedad agraviada a quien solo le queda el papel de victima o la insurgencia en contra de los partidos y el sistema.
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